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Consulta nuestra guía esencial sobre intervenciones en movilidad eléctrica : ciclo de vida del vehículo, riesgos potenciales y EPI adecuados

El mercado de la movilidad eléctrica en cifras

Desde hace algunos años, el volumen mundial de ventas de vehículos híbridos y eléctricos no deja de crecer, alcanzando casi 14 millones de unidades en 2023, lo que representa un aumento del 35 % en comparación con el año anterior. Esta expansión genera una mayor necesidad de construcción y mantenimiento, pero también de desmantelamiento de estos vehículos.

El mercado de la movilidad eléctrica en cifras
El mercado de la movilidad eléctrica en cifras

Para los profesionales del sector, esta nueva realidad introduce nuevos riesgos importantes, especialmente el riesgo eléctrico, que hasta ahora no se había tenido realmente en cuenta.

A diferencia de los vehículos térmicos, los vehículos electrificados requieren un control muy estricto del riesgo eléctrico , especialmente en lo que respecta a la gestión de la potencia eléctrica de los vehículos, para prevenir cortocircuitos y otros incidentes relacionados con la electricidad. En Penta, nuestra oferta cubre todo el ciclo de vida de un coche electrificado, que se puede dividir en 8 etapas como indica el esquema adjunto.

Análisis de riesgos para el operador

La primera etapa, crucial para intervenir en un vehículo eléctrico/híbrido, se basa en el análisis de los riesgos que enfrenta el operador durante su intervención. El análisis del riesgo es responsabilidad del empleador y permite elegir los EPI/EPC (Equipos de Protección Individual/Colectiva), herramientas y metodologías de intervención adecuadas para el trabajo en movilidad eléctrica. En general, estos riesgos se pueden clasificar en varias categorías:

  • Riesgo de electrización
  • Riesgo de Arc-Flash
  • Riesgo mecánico
Análisis de riesgos para el operador
Análisis de riesgos para el operador

Más allá del origen, es esencial cuantificar el nivel de riesgo.

  • En el caso de la electrización, el valor de la tensión es lo más importante. En movilidad eléctrica, las tensiones en juego son inferiores a 1000V CA y 1500V C, por lo que se requieren guantes de clase 0 o, en raras ocasiones, de clase 00.
  • En cuanto al riesgo de Arc-Flash, es fundamental determinar el nivel de riesgo para elegir la protección adecuada, con niveles clasificados en APC (1 o 2) o en Cal/cm² (12 o 25).
    Para el riesgo mecánico, se definen niveles de rendimiento en función de pruebas realizadas en el producto, como se muestra en el esquema adjunto.

Protección de la cabeza : ¿qué elegir?

Corresponde al empleador proporcionar la protección adecuada para la ejecución de la actividad.

Con el tiempo, el conocimiento y la gestión del riesgo en la E-mobility se han perfeccionado. Se ha identificado y clasificado mejor el riesgo de Arc Flash en este ámbito, lo que ha llevado a que las protecciones necesarias sean ahora EPI certificados con el nivel de protección adecuado.

Con este enfoque, Penta ha decidido mejorar su estrategia incorporando un mejor análisis y una oferta más adaptada a las diferentes situaciones de intervención de los operadores.

Protección de la cabeza : ¿qué elegir?
Protección de la cabeza : ¿qué elegir?

En el contexto de la E-mobility, los riesgos pueden clasificarse en 3 niveles :

  • Riesgo Moderado (principalmente en vehículos térmicos o con hibridación ligera), cuando el riesgo está por debajo del nivel APC1,*
  • Riesgo Medio (vehículos híbridos o eléctricos de potencia moderada), cuando el riesgo es de nivel APC1,*
  • Riesgo Alto (vehículos eléctricos de alta potencia), cuando el riesgo es de nivel APC2,*

La oferta de Penta incluye varias soluciones para garantizar la protección de los operadores contra los efectos de un Arc Flash eléctrico durante una intervención en un vehículo electrificado.

Las pantallas de nuestra gama son :

  • Pantalla facial E24, para riesgo moderado
  • Visarc APC 1 (con o sin protección lateral), para riesgo medio
  • Visarc APC 2 (12 o 25 cal/cm²), para riesgo alto

*Atención : los niveles indicados son solo ejemplos y no pueden reemplazar el análisis de riesgos, cuya responsabilidad recae exclusivamente en el empleador.

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